Los amores de verano terminan por todo tipo de razones, pero al fin y al cabo todos tienen algo en común: son estrellas fugaces. Un espectacular momento de luz celestial, una efímera luz de la eternidad que en un instante se van, porque desde que empiezan intentas hacerte a la idea de que cuando finalicé el verano se acaba un amor tan fantástico que se vive con tanta pasión y emoción y terminan en decepción, desilusión y en añoro hacia esa persona.
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